viernes, 21 de octubre de 2011

Tres Caidas (Triana) en Badajoz


Son pocos los hombres que tienen el corazón tan grande como para responder a la llamada de Jesucristo e ir a evangelizar hasta los confines de la tierra. San Francisco Javier es uno de esos. Con razón ha sido llamado: "El gigante de la historia de las misiones" y el Papa Pío X lo nombró patrono oficial de las misiones extranjeras y de todas las obras relacionadas con la propagación de la fe. La oración del día de su fiesta dice así: "Señor, tú has querido que varias naciones llegaran al conocimiento de la verdadera religión por medio de la predicación de San Francisco Javier". El famoso historiador Sir Walter Scott comentó: "El protestante más rígido y el filósofo más indiferente no pueden negar que supo reunir el valor y la paciencia de un mártir con el buen sentido, la decisión, la agilidad mental y la habilidad del mejor negociador que haya ido nunca en embajada alguna".

¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! De sus cartas a san Ignacio



El ejemplo y la intercesión de S. Francisco de Javier pueden ser una gran ayuda para acercarnos más a Jesús y amarle más intensamente. Con la decisión y la pasión con que le amó Francisco de Javier.

Todos podemos ser mejores.

Todos podemos ser santos.

Nadie debería conformarse con ser un cristiano a medias.

Con Dios no hay componendas.

Jesús merece todo nuestro amor y toda nuestra vida.



Desde el momento de su conversión, la vida de Francisco cambió radicalmente.

Jesús nos ama inmensamente. ¿Cómo estamos respondiendo a su amor?

Respondiendo decididamente a la llamada del Señor encontró la verdad y la grandeza de su vida.

Todos tenemos una vocación, el Señor tiene algo especial para cada uno de nosotros.

Conocer y cumplir esta vocación es la única forma de encontrar la verdad y el valor de nuestra vida.

Siempre estamos a tiempo

Tendremos que aprender a vivir y trabajar en minoría, respondiendo, con la confianza puesta en Dios, al gran desafío del Goliat de la cultura dominante.

Nuestra fuerza está en amar mucho a Jesús, en vivir nuestra fe con entusiasmo y coherencia.

Hagamos entre todos que nuestras parroquias sean más orantes, más elocuentes, más apostólicas.

Respondamos con un gran amor al gran amor de Jesús.

Que la respuesta no se quede en palabras vaporosas.

Busquemos respuestas concretas.

Lo importante es que todos crezcamos en lo fundamental, en el amor a Jesús y a su Iglesia, en el amor a Dios y al prójimo.

Mi Madrugá - Tres Caidas de Triana (elda 2011)